La verdad está ahí fuera, rezaba un cartel colgado en el despacho de los agentes del FBI Mulder y Scully, los protagonistas de la famosa serie de televisión de los noventa, Expediente X. Un lema que la generación de Mark Zuckerberg, cofundador y CEO de Facebook, ha sabido hacer suyo y no cesa de aplicar: cada día millones de jóvenes -y no tan jóvenes- vierten los pormenores de su vida privada a través de fotos, vídeos y comentarios sobre la mayor plataforma social del mundo.
Este joven, de aspecto desaliñado, que siempre viste sudadera y lleva zapatillas no parece precisamente la persona más glamurosa y popular del mundo. Sin embargo, Zuckerberg corona la cúspide de la mayor red social de internet: 400 millones de usuarios. La semana pasada, además, Facebook superó a Google en número de visitas en Estados Unidos, según la medidora de audiencias Hitwise. Facebook asegura que 175 millones de personas, la población equivalente a todo Brasil, se conectan al menos una vez al día.
"¡Es fantástico!" exclamaba Zuckerberg, enfundado en traje y corbata, y en un inconfundible acento made in Harvard, en una entrevista realizada por la reina indiscutible de la televisión en EE UU, Oprah Winfrey. Este hijo de psiquiatra y dentista judíos de Nueva York no podía ocultar una chispa de satisfacción en su mirada por estar sentado junto a la todopoderosa Oprah en uno de los shows televisivos más vistos del país. ¡Es multimillonario, es multimillonario!, recalcaba ésta al final del programa como no acabando de creer que un chico que suma poco más de cuarto de siglo, a punto de cumplir 26 primaveras el próximo 14 de mayo, ha amasado una fortuna que le ha conferido el estatus de joven más rico de Estados Unidos.
Y es que a pesar de su juventud, Zuckerberg, ha proyectado ya luces y sombras en el camino desde que gestara Facebook en su cuarto de una residencia estudiantil de Harvard. Una de esas sombras es la denuncia de tres de sus antiguos compañeros de universidad, Cameron Winklevoss, Tyler Winklevoss y Divya Narendra por robarles la idea de Facebook. En 2003, crearon Harvard Connection un proyecto de red social a nivel universitario. Para ello, necesitaban un programador que diseñara la web, y un amigo común les presentó. Zuckerberg aceptó la propuesta pero nunca llegó a terminar el trabajo. "Tenemos abogados en la compañía que se ocupan de eso. No es una gran preocupación", señalaba Zuckerberg casi sin pestañear y en un tono monótono en el programa 60 minutes. Cuatro años después de la pelea judicial, los tres antiguos alumnos lograron un acuerdo extrajudicial por el que el cofundador de Facebook les pagó 65 millones de dólares, 20 millones en metálico y el resto en acciones de la compañía. En el muro de Tyler en Facebook, donde los tres amigos tienen una cuenta abierta para todo el mundo, puede leerse: "oh, la ironía de publicar esto en Facebook", en referencia a un enlace con la noticia.
Cameron, Tyler y Divya ahora son ricos gracias a la gigantesca plataforma social. La cantidad, sin embargo, es poca cosa si se tiene en cuenta las cifras que maneja la empresa. En 2006, Microsoft compró un 1,6% de la compañía por la que pagó 240 millones. Facebook no publica sus beneficios, pero algunos analistas apuntan que las ganancias este año se situarían entre los 1.000 y los 1.500 millones este año. Las cifras de la empresa hablan por sí mismas: el número de usuarios se ha doblado, pasando de los 200 millones del año pasado a los 400 millones actuales. La empresa, sin embargo, aún no ha descubierto realmente la manera de traducir su vertiginoso crecimiento en dinero.
En 2008, Facebook realizó su intento más evidente de rentabilizar la red social: Beacon. El programa de anuncios compartía la información de los usuarios para realizar compras. En poco tiempo, más de 60.000 miembros de la red exigieron a la empresa que retirara el sistema publicitario. En aquel entonces, Zuckerberg supo reaccionar. "Nos hemos equivocado al crear esta aplicación", señaló. Sin embargo, en el intervalo que estuvo en funcionamiento, la red no redujo su ritmo de crecimiento y siguió añadiendo usuarios a una media de 20 millones a la semana.
"Nuestro objetivo es que la gente comparta información lo máximo posible" señalaba el joven empresario en una entrevista a CNBC. Y la información es precisamente la clave. La cuestión ahora es saber qué quiere hacer con ella Zuckerberg, una persona que pese a su filosofía se muestra reservado al hablar de sí mismo. Desde la sede de Palo Alto nos desgranan pequeños detalles de lo que le gusta: programar, jugar al tenis, ver vídeos de Andy Aambers y organizar barbacoas. La información está ahí fuera, sólo hay que salir a buscarla.
Autora: Gabriela Díaz Figuls
Fuente: cincodias.com
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