Un pequeño helicóptero dirigido por control remoto sobrevuela una gran sala ocupada por varios centenares de ordenadores, todos ellos con una persona a su cuidado. En una tarima levantada en la zona delantera varios cofrades de la alubia de Tolosa reparten raciones. Un miembro de la organización pone «el vídeo del peluchito» y amenaza con no retirarlo hasta que se acaben todas las alubias. En la parte trasera se amontona cuidadosamente desordenada una amalgama de alimentos supuestamente comestibles. No muy lejos, en el exterior de la gran sala, hay otras salas con tiendas de campaña, colchones hinchables y colchonetas.
Es Gipuzkoa Encounter 4, un encuentro de aficionados a los ordenadores que desde ayer y hasta el domingo reunirá en Tolosa a 600 personas de edades que oscilan entre los 13 y los 55 años y que durante estos días convertirán el polideportivo Usabal en una especie de cuartel general de la informática.
En el País Vasco se celebran al año dos citas de este tipo, en Tolosa y en Bilbao, donde se encuentran como viejos amigos integrantes de las diferentes tribus en las que se divide el mundo de los ordenadores. Están los 'gamers', que durante estos días aprovechan la velocidad de conexión de mil megas por segundo proporcionada por la organización para sacar el mayor rendimiento posible a sus juegos de ordenador.
También están los 'scenner', aficionados al arte digital, al diseño gráfico o a crear música por ordenador. Y los del 'software libre', que se dedican a realizar programas sin ánimo de lucro. Y, por supuesto, están los del 'modding', que son los que modifican y personalizan partes del ordenador como la torre, teclado, monitor o ratón.
Vida social
Alguien dijo que los amantes de los ordenadores viven aislados en un mundo propio. Kepa y sus 26 amigos no están muy de acuerdo con esta opinión. Son «conocidos de clase o colegas del pueblo» que han llegado desde Bergara, Legorreta y Antzuola con todos sus equipos informáticos, lo que ha supuesto un complicado despliegue logístico. «Hemos venido haciendo Tetris en los coches para poder entrar todos».
Es un juego de palabras típico de un 'gamer', grupo al que pertenece Kepa, que confiesa que se va a pasar «todo el día jugando». Desde hace años, el grupo de amigos acude al encuentro de Tolosa y también al de Bilbao. Les gustan los juegos y los ordenadores, pero son conscientes de que hay vida más allá. «Es verdad que hay gente que parece que no tiene vida social y está siempre jugando, pero nosotros los fines de semana no nos quedamos en casa; en cuando llega el viernes nos vamos de juerga», afirma Kepa, que acuña su propia sentencia filosófica: «Las juergas no se hacen por ordenador».
En medio de una oscura marea de carcasas negras o grises algo llama la atención. Es un pequeño mundo de color rosa comandado por Naroa, que ha venido de Zalla a bajar de la red «películas, música, juegos... todo lo que pueda».
Naroa, de 24 años, da clases de informática a personas que en su vida han tocado un ordenador y es consciente de que la torre de su equipo, el teclado y la alfombrilla para el ratón, todos del rosa más rosa que pueda imaginarse, llama la atención. Después de cuatro años acudiendo al encuentro, ha sido testigo de un paulatino incremento de chicas. En esta edición, un 12% de los asistentes son mujeres.
Prevención de riesgos
Otra de estas mujeres es la bilbaína Cristina, que se dedicará estos días a ver series de televisión y jugar a torneos gratuitos de póquer en línea. Cristina rechaza esa «imagen de extraterrestre» que pueden ofrecer quienes acuden a encuentros como el de Tolosa. «Acudo a la universidad todos los días a hacer un máster de prevención de riesgos, el fin de semana salgo con los amigos y voy de excursión con ellos», explica algo molesta por tener que defenderse.
En realidad, todo tiene su explicación, incluso lo de ir a Tolosa a ver series. «En casa no veo la televisión, prefiero abrir el ordenador y elegir las series que quiero ver, sin anuncios, sin depender de los horarios y todo gratis», dice Cristina, que demuestra así que se está convirtiendo en toda una experta en prevención de riesgos.
Y experto es también Álex Lebrero, que ha sido varias veces campeón de España de 'modding'. Ha llegado desde Barcelona con su último ordenador tuneado en el robot de limpieza de la película Wall-E. Es una maravilla de madera, plástico y metacrilato que se desplaza, mueve los brazos y también los ojos, donde hay instalada una cámara para captar imágenes.
Lebrero, de profesión ingeniero de sistemas, es una de las 500 personas que se dedican en serio al 'modding' en España. Tras pasar por sus manos, los ordenadores han quedado convertidos en coches de rallis, un camión de bomberos, una casa de muñecas o un tanque. Y, por si fuera poco, funcionan. Observado por los ojos de Wall-E, Álex se dispone a saborear una ración de alubias. «Estuve el año pasado y nadie me habló de estas judías. Están buenísimas», dice con un tono de lamento por el año perdido.
Autor: Javier Guillenea.
Fuente: DiarioVasco
Autor: Javier Guillenea.
Fuente: DiarioVasco
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